El misterio del Yeti
El abominable hombre de las nieves, o Yeti, es una criatura legendaria, perteneciente a la mitología de las regiones de Nepal y el Tíbet.
Se supone que el hombre de las nieves, estaría emparentado de alguna manera con el Pie Grande norteamericano. Se habla de una misma especie que desarrolló diferentes características, sobretodo en su pelaje, debido a las diferencias climáticas de sus distintos hábitats.
Descripción del hombre de las nieves
Ante la ausencia total de pruebas científicas que aseguren su existencia, sólo se cuenta con los relatos de los supuestos testigos que lo describen como una criatura tímida, bípeda, de más de 2m de altura, con el cuerpo completamente cubierto por pelo.
Algunos lo consideran pariente lejano del orangután, que habitó en las zonas boscosas de la cordillera del Himalaya hace millones de años y otras investigaciones lo relacionan con los osos.

Debido a los avistamientos en la zona de una criatura semejante a «pie grande» este cartel se ha publicado para su seguridad
Supuestas reliquias del Yeti en los monasterios budistas
Algunos monasterios budistas de Khumjung, Pangboche y Namché Bazaar de Nepal, aseguraban tener restos de huesos y los cueros cabelludos del Yeti, pero estudios científicos realizados en 1961, determinaron que dichas muestras pertenecían a otra especie de animal y no a un primate desconocido.
Existe o no esta criatura?
En 1973, el periodista y jurista César Pérez de Tudela hizo público su avistamiento en la bajada del Annapurna. Por otro lado, Reinhold Messner, primer alpinista en subir al Everest sin oxígeno, considerado el mejor alpinista del mundo, también aseguró haberlo visto.
En el año 2008, un grupo de investigación japonés liderado por el científico Yoshiteru Takashi, recorrió durante 42 días la región de alta montaña Dhaulagiri IV y dicen haber fotografiado presuntas huellas de unos 45 cm de longitud pertenecientes al ser legendario más buscado del mundo. Takashi asegura que volverá y no dejará el proyecto hasta obtener pruebas fehacientes de su existencia.
Sin embargo, quienes lo niegan, como el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, afirman que los primates sólo viven en lugares donde existen frutas todo el año y es muy dudosa la existencia de simios de semejante tamaño.
Es llamativo que en todos los relatos de avistamientos siempre se menciona solo un individuo. Este es uno de los principales motivos por los cuales se hace muy difícil creer en esta leyenda, dado que la supervivencia de toda especie requiere la existencia de una población, con cierta cantidad individuos de diversas edades e incluyendo juveniles, de las cuales jamás se hace referencia.