Las piedras deslizantes de Racetrack Playa
Posiblemente hayas escuchado hablar de las piedras deslizantes de Racetrack Playa o quizá las conozcas por el nombre de las rocas viajeras del Valle de la Muerte, cualquier nombre es válido para definir a este misterio que ha traído en jaque a muchos investigadores hasta hace poco tiempo.
¿Qué son las piedras deslizantes?
Se trata de un fenómeno cuyo descubrimiento se remonta a la década de los años cuarenta y que consiste en que piedras que pueden llegar a pesar hasta 320 kilos parece que cobran vida y se mueven, dejando tras de sí un rastro, como el que podría dejar una tortuga andando por la playa.
El lugar en el que sucede este fenómeno es el Parque Nacional Valle de la Muerte, Estados Unidos, a una altitud de 1.130 metros, en lo que se conoce como Racetrack Playa, en la zona noroeste de este parque.
Desde que se descubrió el fenómeno han sido muchísimas las posibles hipótesis para poder explicar cuál podría ser la causa de que las piedras se moviesen. Toda la zona está repleta de rocas que van dejando un rastro muy largo tras de sí, como si fuese alguna suerte de conjuro que hace que objetos inertes como las piedras cobren vida, sobre todo durante la noche.
El inicio de las investigaciones
Después de tantas hipótesis sobre cuál era la razón para que las piedras deslizantes pudieran moverse por sí mismas, era normal que se hiciesen indagaciones al respecto. Gracias a ello, un grupo de investigadores estadounidenses ha dado con el origen del fenómeno.
Se trataba de investigadores de la Institución Scripps de Oceanografía, adscrita a la Universidad de California, quienes aseguraron que descubrirían el extraño comportamiento que tenían las piedras en esta zona del desierto de Mojave.
Para su investigación no escatimaron en medios y llevaron a Racetrack Playa un gran número de equipamiento para descubrir el misterio de las piedras deslizantes, entre lo que se encontraba una estación meteorológica de alta resolución, con lo que podrían medir con gran precisión el viento en intervalos de un segundo.
Además, a 15 de las rocas que llevaron las equiparon con un dispositivo GPS para tenerlas controladas en todo momento. Hay que destacar que el Servicio de Parques Nacionales no les dio permiso para utilizar las piedras que había en ese lugar para hacer el experimento, pero no les resultó un problema para hacer sus mediciones.
A ello hay que sumar a que las piedras se suelen mover rara vez, por lo que sabían que el experimento podía llegar a durar años, pero descubrieron que el movimiento de las piedras estaba asociado a una serie de eventos específicos.
Entre los eventos debe darse el hecho de que la playa tenga que rellenarse con agua, lo suficientemente profunda para que pueda formarse hielo flotante durante la temporada de invierno, pero lo suficientemente con poca profundidad para que las rocas puedan quedar expuestas.
Al caer la noche, la temperatura del agua se congela, formando pequeñas láminas de hielo muy delgado, pero lo suficientemente gruesas como para mantenerse fijo a las piedras.
Cuando el calor del sol aparece el hielo se derrite y se agrieta, formando lo que se conoce como paneles flotantes de hielo. El viento imperante en la zona hace la otra parte de este milagro, lo que hace que empuje a las piedras con el hielo, lo que les da el nombre de piedras deslizantes.
Según los resultados de este grupo de investigadores, se puede saber que las capas de hielo son de unos 3 a 5 milímetros de espesor y que son capaces de moverse con un viento de poco más de 5 metros por segundo, lo que hace que las rocas se deslicen de manera muy lenta, unos pocos centímetros por segundo, algo que si no se sabe a qué piedra mirar puede resultar algo desesperante.
Ahora ya sabéis qué era lo que se escondía tras el misterio de las piedras deslizantes de Racetrack Playa.