Orígenes de las leyendas de hombres lobo

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Hombre Lobo

Desde tiempos inmemoriales existen las leyendas sobre el hombre lobo y sus orígenes ya han desaparecido en la nebulosa del tiempo, no solo por lo antiguas que son sino porque con el paso de los siglos han ido alterándose cada vez más y aunque hay mucha gente que las considera una leyenda, aún hay personas de diferentes rincones del mundo que siguen creyendo en la existencia de estos seres.

Los primeros habitantes de Europa, descubrieron en este vasto lugar un medio muy hostil, con una orografía caprichosa repleta de bosques y pantanos, zonas pobladas por lobos, animales que llevan miles de años entre nosotros. Lycos, Lupuz, Vilf, Wilf, Vrika, Wolf, Lobo, Irfus… hay infinidad de variantes para definir a un solo animal, el Vrik, palabra del vocablo indoeuropeo usado para designar a los lobos, un animal astuto, muy inteligente, con una gran fuerza y agilidad, algo que siempre ha llamado la atención en el hombre, pero también despertado su temor.

El mito del hombre lobo está documentado por Pausanias, Platón y Ovidio entre muchos otros, refiriéndose a este animal mediante su antepasado, el lycaón, a quien también podía referirse al rey de Arcadia e hijo de Pelasgo. Fue el padre fundador y también primer rey de la ciudad de Licasura, quien erigió un altar en el monte Liceo para honrar a Zeus pero intentó engañar a los dioses invitándolos a un banquete donde sirvió la carne de su propio hijo, pero los dioses se dieron cuenta y condenaron a Lycaón y a toda su estirpe a convertirse en lobos.

Quizá de esta leyenda nace la que tan bien conocemos casi todos, aunque muchas otras personas aseguran que todo nació en la Edad Media, otros aseguran que su primera aparición es en el Satiricon de Petronio, donde en uno de sus capítulos, un pícaro llamado Nirceo, contaba cómo uno de los soldados iba al cementerio durante las noches de luna llena, se quitaba la ropa y se convertía en un feroz lobo negro.

Quizá el mito más arraigado llega directamente de la Europa del Este, de la zona de los Balcanes, zona donde sus habitantes siempre han gozado de tener un carácter tremendamente supersticioso. De sus leyendas se dice que si un hombre bebe de las mismas aguas en las que recientemente haya bebido un lobo, se transforma en un licántropo. En Italia se creía que para convertirse en hombre lobo era tan sencillo como dormir a la intemperie durante los viernes bajo la luna llena o incluso haber sido concebido en plenilunio.

Por su parte, en Irlanda se creía que si un fraile era muy severo con sus fieles durante la víspera de Pascua, éstos se convertirían en lobos. En España también hubo leyendas sobre el hombre lobo, pero en este caso mujeres, las brujas. Se dice que las brujas locales contaban con un poder que les permitía convertirse en lobas y si una de estas brujas miraba fijamente a un niño, tarde o temprano se convertirá en licántropo.

Son muchas las leyendas existentes sobre el hombre lobo, algunas provenientes directamente de las creencias y tradiciones de diferentes pueblos y otras alimentadas por la creencia popular llevada al cine y a la televisión.

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