Egipto antiguo y el Gran Cañón

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Gran Cañón

Si hay algo que trae de cabeza a la ciencia y a los historiadores es encontrar restos de una civilización en un lugar que no fue el suyo. ¿Qué pensaríamos si en Australia se encontrasen restos celtas? ¿Y si en China se encontrasen restos de la civilización azteca? Sería todo un misterio.

Algo similar es lo que se descubrió en el año 1909, cuando el famoso Smithsonian Institute hizo de mecenas para una expedición arqueológica que se realizó en el Gran Cañón en Estados Unidos y recibió una noticia que jamás se hubieran esperado. El equipo de expedición había encontrado restos egipcios.

Fue una noticia que corrió como la pólvora y mantuvo en jaque a los historiadores, arqueólogos y estudiosos del Antiguo Egipto, pero la noticia se desvaneció casi con la misma rapidez que con la que apareció.

¿Qué encontró aquella expedición?

No se sabe a ciencia cierta, pero el periódico local Arizona Gazette reveló que se había encontrado una red de túneles donde se encontraban antiguos objetos, varias estatuas e incluso momias de alguna civilización oriental, casi seguramente egipcia. El informe de la expedición no se hizo público y solo se tenía la nota de prensa de aquel periódico local que aseguraba este hallazgo.

Poco o nada se supo sobre quién escribió el artículo dado que aparecía anónimo, aunque sí daba algunos datos que podían resultar de ayuda. En él se decía que la expedición estuvo dirigida por S.A. Jordan y en ella estaba otra persona que respondía a las siglas de G.E. Kinkaid.

Cuando se hizo una investigación para llegar al fondo del asunto, el Smithsonian declaró algo que dejó a todo el mundo helado, en sus archivos no constaba ningún miembro del club con esos nombres ni tampoco que hubiese habido una expedición, ni que la hubieran patrocinado y mucho menos tenían constancia de un hallazgo de restos egipcios.

Tal como se reveló en el diario, G.E. Kinkaid descendió el río colorado en un bote y se dice que llegó a tomar hasta 700 fotografías. Asimismo aseguraba haber encontrado la entrada a la red de túneles, donde en ella se encontraba una estatua parecida a Buda, aunque Kinkaid aseguró que los científicos no sabían exactamente a qué ídolo religioso o a qué culto representaba.

Otro de los supuestos hallazgos de Kinkaid fue que había encontrado un metal desconocido, de color gris, algunas cabezas talladas y varios jeroglíficos que esperaba que desde el Instituto Smithsonian resolviesen. Kinkaid fue más allá y aseguró que en el interior de estos túneles había encontrado varias momias cubiertas con arcilla y protegidas con cortezas de árboles.

No hay pruebas de nada de lo que se aseguraba en este pequeño artículo y muchas personas llegaron a decir que se trataba de un ardid para vender más ejemplares pero en el mismo ejemplar y en días sucesivos aparecieron diferentes anuncios adelantando la continuidad de esta historia en nuevas entregas, pero nunca apareció más información relacionaba.

Esto quizá sirvió como inspiración para un libro de Drunvalo Melchizedek titulado “El antiguo secreto de la flor de la vida”, donde en uno de sus capítulos habla de dos mochileros que viajaban a través del Gran Cañón, quienes descubrieron una pirámide excavada en la roca y aseguraron que habían descubierto varias cuevas.

La entrada a estas cuevas estaba a cierta altura, pero escalaron y descubrieron que éstas estaban cubiertas por rocas, quizá por algún derrumbe, pero sí pudieron advertir que la entrada a la cueva estaba hecha por la mano del hombre, e incluso hablaron de una misteriosa talla circular en la propia piedra.

Otra casualidad de esta misteriosa historia es que en el Gran Cañón hay muchos cerros que tienen nombres egipcios como la Torre de Isis, Templo de Horus, Templo de Shiva, etc. ¿Casualidad? ¿Qué hay de cierto en toda esta historia?

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