Li Ching-Yuen, el hombre que vivió 256 años
Aunque cada vez la esperanza de vida es más larga, hoy en día llegar a vivir cien años es todo un acontecimiento del que no todo el mundo puede presumir y mucho más si se cumplen tantos años como los que supuestamente llegó a cumplir Li Ching-Yuen, un maestro taoísta chino que llegó a los 256 años gracias a sus prácticas espirituales.
Hay mucha polémica sobre la vida de este personaje que se ha hecho tan famoso en todo el mundo pero muchos maestros coinciden en que las técnicas espirituales que practicaba han están reconocidas por la medicina tradicional china, demostrando que pueden permitir aumentar la esperanza y la calidad de las personas que las practican.
¿Cómo consiguió vivir tanto Li Ching-Yuen?
Lo primero que hay que destacar acerca de esta persona es que todos los días realizaba sus prácticas espirituales del taoísmo, siempre viviendo en armonía con la vida, sin excesos, con calma y el máximo respeto a todo lo que le rodeaba.
También practicó lo que se conoce como Chi Kung, un ejercicio para equilibrarse energéticamente, permitiendo la circulación fluída del Qi, lo que en la medicina tradicional china se conoce como la energía vital de nuestro cuerpo.
Pero los esfuerzos para vivir correctamente de Li Ching-Yuen también le llevaron a cambiar sus hábitos alimenticios, olvidando por completo la carne roja y centrándose únicamente en una alimentación sana, dando mucho protagonismo a las raíces y como bebida favorita siempre prefirió el té.
Asimismo utilizaba muchas plantas medicinales, no fumaba ni bebía, no consumía droga alguna, tampoco se medicaba, dormía bastante y se despertaba temprano, siempre siguiendo la misma rutina, lo que hizo que su vida fuese aún más longeva de lo que cualquier otra persona pudo llegar a vivir.
Cuando la revista Time le preguntó a Li Ching-Yuen que cuál era el secreto de su larga vida, respondió que el secreto no era otra cosa que mantener su corazón en calma, sentarse como si fuese una tortuga, caminar con vigor, como una paloma y dormir como lo hacen los perros.
En un libro que escribió Peter Kelder sobre los secretos de la juventud, se hace una pequeña mención a Li Ching-Yuen, asegurando que cuando cumplió los 130 años, un ermitaño más mayor, compartió con él las prácticas del qigong, lo que le permitiría aprender más sobre la respiración, los movimientos con los sonidos y conocer mejor cuáles eran los mejores alimentos y hierbas medicinales para cualquier problema de salud que pudiera llegar a tener.
Dudas sobre su gran longevidad
Al tener 256 años en el momento de su muerte, surgieron muchas incógnitas sobre si sería realmente cierta la historia de Li Ching-Yuen. Por ello, Wu Chung Chieh, director del Departamento de Educación de la Universidad de Chengdu se dedicó a buscar pruebas que verificasen la historia de tan longeva persona.
En sus pesquisas afirmó haber encontrado una nota gubernamental del año 1827, donde se felicitaba a Li Ching-Yuen por haber cumplido los 150 años de edad. Como nota curiosa se destaca que en aquel momento se había llegado a casar 23 veces y contaba con más de 180 hijos.
¿Qué hay de cierto en esta historia? ¿Podríamos nosotros llegar a vivir tanto sin ayuda de la ciencia y la tecnología?