Los misterios del edificio Dakota

Edificio Dakota

Todas las grandes ciudades tienen un edificio emblemático o un lugar que ha estado rodeado de misterio y hechos inexplicables. Nueva York cuenta con muchos lugares que siempre han estado envueltos en un halo de misterio desde hace muchos años y uno de los máximos exponentes que podemos encontrar en la Gran Manzana es el edificio Dakota, ubicado en el número 1 de la calle 72, al oeste del conocido Central Park.

Este edificio comenzó a construirse en el año 1880, siendo finalizado en 1884, su arquitecto fue Henry Hardenberg y cuenta con un estilo muy relacionado con la arquitectura renacentista alemana y también con la arquitectura francesa del siglo XIX, haciendo de este edificio una construcción singular y muy llamativa.

Hoy en día es muy fácil llegar a él, pero cuando se construyó estaba tan lejos que apenas llegaba la electricidad y los neoyorquinos, a modo de sorna, decían que parecía que estaba en Dakota, una de las razones del porqué de su nombre. A pesar de ello, fue tal su éxito que no tardó en ser alquilado por completo.

Con el paso del tiempo, la ciudad fue creciendo, y el barrio de Manhattan llegó a absorber la zona donde se encontraba el edificio Dakota, lo que favoreció que personas importantes decidiesen alquilar sus apartamentos.

Entre las muchas personalidades que decidieron tener su propio hogar aquí se encontraban actores y actrices como Boris Karloff, Judy Garland o Lauren Bacall. John Lennon también vivió aquí (hoy en día lo hace su ex esposa, Yoko Ono), pero también podemos encontrar a la cantante Roberta Flack, Sting, Bono o Jennifer López entre otros.

¿Qué hizo a este edificio tan famoso?

Aunque uno de los hechos que convirtió al edificio Dakota en una construcción muy famosa, fue el asesinato de John Lennon, mucho tiempo antes sucedieron cosas muy extrañas en su interior, lo que fue alimentando poco a poco la leyenda negra de este edificio.

A comienzos del siglo XX, vivió uno de los que estaba considerado como uno de los hombres más perversos del mundo, el mago negro Aleister Crowley, quien hizo rituales de magia negra dentro del edificio y quizá impregnándolo de un halo maldito porque comenzaron a suceder cosas extrañas.

Crowley también hacía sesiones de espiritismo, a las que el propio Boris Karloff asistía y donde tras su muerte comenzaron a suceder fenómenos de poltergeist, llegando a haber gente que aseguraba que podía ver a Karloff en diferentes estancias del edificio después de que éste hubiese muerto.

Pero no fue la única persona que hizo extraños rituales, un sumo sacerdote Wicca llamado Gerald Brossau alquiló un apartamento cuando visitó la ciudad. En él llevó a cabo diferentes rituales mágicos donde invocaba a las fuerzas ocultas de la naturaleza.

Fue tal la fama de este personaje que el director Roman Polanski se inspiró en él para realizar la película “La semilla del diablo”. Durante el rodaje de la película, se rodó en los exteriores del edificio Dakota y se produjeron un gran número de accidentes que hicieron que muchos componentes del equipo de grabación pidiesen la baja alegando fuertes dolores de cabeza, amnesia y malestar general.

El propio edificio parecía maldito y esto alimentó la promoción de la película de Polanski, donde los fans aseguraban que el edificio era como un gran imán que atraía el mal. Incluso muchos satanistas y practicantes de magia negra se presentaron en el edificio para exigir al director que no continuase con la película.

Entre este grupo de personas se encontraba otro personaje célebre que ha escrito con sangre la historia de Estados Unidos, Charles Manson, quien tiempo después asesinaría a un grupo de personas entre las que se encontraba Sharon Tate, la esposa de Polanski, quien falleció apuñalada junto a su hijo no nato.

Desde entonces este edificio se ha convertido en uno de los más famosos del mundo y donde a día de hoy muchos de sus inquilinos siguen escuchando ruidos extraños y viendo visiones de otros tiempos.