Los pasajes funerarios de Newgrange

Newgrange

Newgrange

En el Noroeste de Irlanda, exactamente en el Condado de Meath, se encuentra el yacimiento arqueológico más importante del país. Se trata de Brú Na Bóinne, un complejo arqueológico que se remonta a 3.200 años antes de la Edad de Piedra y donde se encuentra Newgrange, un cementerio pagano que ha estado durante más de 4.000 años oculto hasta que en el siglo XVII fue descubierto por un grupo que buscaba piedras para la construcción.

No fue hasta el siglo XX cuando se llevaría a cabo la mayor excavación de Newgrange, fue entre los años 1962 y 1975 donde las excavaciones fueron supervisadas por el Departamento de Arqueología de la Universidad de Cork, lo que proporcionaba todo el asesoramiento necesario para realizar esta clase de trabajo.

Es un montículo de piedra esculpida a mano por el hombre que se encuentra bordeada por 97 enormes piedras que lo custodian y que están rodeadas por un muro de cuarzo blanco y granito. En su interior hay una cámara funeraria con un techo que se eleva hasta los seis metros de altura y en su interior, a pesar de lo que parece una pequeña ventana, se trata de una sorpresa cuyo origen se remonta antes que la construcción de las pirámides egipcias y que según los expertos, gracias a su ubicación, permitía que en el interior de la cámara entrase la luz del sol en cualquier momento del día.

El momento álgido de este lugar llegaba con los solsticios de invierno y de verano. Entre los días 19 y 23 de diciembre ocurre un hecho sorprendente, un espectáculo de luces que se produce durante aproximadamente 20 minutos a primera hora de la mañana, hecho que ocurre gracias a esta ventana. Tras ser estudiada a conciencia por expertos, se ha determinado que al ser construida se orientó como una referencia de tiempo para poder calcular la salida y entrada del nuevo año.

Newgrange

Entrada a Newgrange

Durante el tiempo en el que se realizaron estas excavaciones, se confirmó que este lugar era un túmulo funerario, debido al hallazgo de restos calcinados de cinco personas, los cuales se encontraban ubicados en cavidades de la roca dentro de la propia cámara cruciforme. Más recientemente se realizaron estudios para proceder con otra segunda excavación y se usó lo que se conoce como tecnología microgravitacional, intentando encontrar una segunda cámara funeraria, aunque los resultados no fueron positivos, pero los expertos no cejan en su empeño dado que estiman que podría existir una segunda cámara o un segundo pasadizo dentro del túmulo principal.

Aquella persona que tenga la oportunidad de visitar este lugar no debe perdérselo, descubrirá una formidable sensación que le remontará a momentos que se pierden en la nebulosa del tiempo, aunque hay que decir que es algo que consigue atraer a tanta gente que no todo el mundo puede disfrutar de ello. Para poder acceder hay que hacer una reserva previa para ello, en muchas ocasiones con mucho tiempo de antelación y a ello hay que sumar que el interior del recinto no puede albergar a muchas personas, por lo que aún es más difícil poder ser partícipes de esta experiencia.

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