Los evangelios apócrifos

evangelio apócrifo

Evangelio Apócrifo

La iglesia solo acepta cuatro evangelios, los que conocemos como los evangelios canónicos, y que son los que están inspirados por Dios y cumplen con la tradición apostólica. Se trata de los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, los cuales fueron propuestos por el obispo de Lyon, San Ireneo, y así lo ha seguido manteniendo la iglesia, quien la propuso como dogma de fe al definir el canon de las Escrituras en el Concilio de Trento.

Estos evangelios revelan lo que vieron y escucharon los apóstoles mientras estuvieron con Jesús y también en sus posteriores apariciones tras su muerte y resurrección de entre los muertos, pero… hay otros evangelios a los que la iglesia no quiere reconocer, los evangelios apócrifos.

Son aquellos que La Iglesia nunca ha aceptado como auténtica tradición apostólica. De ellos se puede decir que comenzaron a circular muy pronto y ya son citados en la segunda mitad del siglo II aunque no contaban con la garantía apostólica como la de los cuatro apóstoles anteriormente citados e incluso contenían diferentes doctrinas que no seguían las enseñanzas apostólicas.

En sus orígenes, y para la iglesia, la palabra apócrifo significó “secreto”, dado que eran textos que se dirigían a un grupo de iniciados y eran conservados únicamente en ese grupo. Posteriormente pasó a significar falso e incluso llegaron a calificarlos como de heréticos.

Con el paso de los siglos, el número de estos textos apócrifos fue in crescendo para dar muchos detalles de la vida de Jesús que no daban los evangelios canónicos, algo que nunca gustó a la iglesia y siempre trató de censurarlos y de quitarles importancia. En estos textos se hablaba de la infancia de Jesús y diferentes actos que hizo durante su vida que no aparece en los evangelios canónicos.

La Biblia, tal como la conocemos hoy en día, es un compendio de los libros canónicos del judaísmo y del cristianismo, formando el Antiguo y Nuevo Testamento, algo que todo el mundo conoce porque así nos lo enseñaron pero no han sido los únicos libros o textos existentes dado que se tiene constancia de la existencia de al menos unos 200 textos apócrifos o gnósticos, número mayor que los que hay en la Biblia, ninguno aprobado por la iglesia, quien nunca ha dado explicaciones con un claro por qué.

Según diferentes investigaciones, los textos de los evangelios canónicos fueron escritos entre 30 y 60 años después de la muerte de Cristo por lo que muchos investigadores confirman que tanto Marcos, Mateo, Lucas y Juan murieron antes de que sus evangelios fuesen escritos o acabados, lo que se suma a otras conclusiones acerca de estos evangelios sobre que eran anónimos y que los títulos fueron agregados por los escritores aunque podrían haber sido finalizados por sus discípulos.

Sea como sea, y como suele ocurrir en muchas ocasiones en donde la iglesia está en medio, nunca se sabrá por qué son negados estos evangelios, a qué tiene miedo la iglesia o en qué se basaron para negar su autenticidad.

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