El fin de la biblioteca de Alejandría

Biblioteca de Alejandría

Biblioteca de Alejandría

La destrucción de la Biblioteca de Alejandría es otro de los muchos misterios que han acompañado a la humanidad desde hace siglos, algo que se incrementa al no contar con testimonios precisos sobre sus aspectos más importantes, así como tampoco se han encontrado las ruinas del Museo, aunque se estima que su fin se produjo en cualquier momento de entre el siglo III y IV.

No fue hasta el siglo XIX cuando los estudiosos intentaron saber más sobre todo lo relacionado con tan famosa biblioteca, pero no hay una gran información sobre la que pudiésemos leer como si de un libro de historia se tratase y existen muchas hipótesis, rumores, afirmaciones contradictorias y testimonios falsos, lo que acrecienta aún más el misterio sobre este templo del saber y del conocimiento.

Se tienen constancia de cifras de gran importancia en lo referente al número de volúmenes existentes durante las diferentes épocas que sobrevivió. Durante la época de Ptolomeo I había 200.000 volúmenes; 400.000 durante la época de Ptolomeo II; 700.000 en el año 48a.C con Julio César y 900.000 cuando Marco Antonio ofreció a Cleopatra 200.000 volúmenes traídos directamente desde la Biblioteca de Pérgamo.

Algunas de las referencias a la Biblioteca de Alejandría más famosas se encontraron en el yacimiento de Oxirrinco, en el sur de El Cairo, donde en los miles de papiros encontrados ya se hacía alusión a la biblioteca en cuestión y también a personas que formaban parte de su cuerpo de trabajadores como directores y bibliotecarios así como filólogos y filósofos.

Biblioteca de Alejandría

Biblioteca de Alejandría

En estas listas se encontraban personajes tan famosos como Arquímedes, el más famoso matemático y científico de la antigüedad, Erastótenes, quien escribió la Geografía y se encargó de componer un mapa bastante fiel al mundo conocido hasta aquel momento; Euclides, quien desarrolló la Geometría, Hiparco de Nicea, quien se encargó de explicar la Trigonometría; Apolonio de Pérgamo, un gran matemático; Herón de Alejandría, inventor de cajas de engranajes y unos aparatos movidos con vapor o Galeno, quien escribió muchas obras sobre el arte de la curación sobre la anatomía y la curación.

Todo lo que se sabe hoy en día sobre la historia de la biblioteca se debe a variadas referencias de posteriores escritores y personajes como Estrabón, un conocido viajero y geógrafo griego, quien hizo una pequeña descripción tras su paso por Alejandría a finales del siglo 1a.C. Tito Livio aseguró que la biblioteca de Alejandría era uno de los edificios más bellos de cuantos había visto, con infinidad de salas repletas de estantes para libros y habitaciones a los que solamente los copistas tenían acceso. Por su parte Marco Anneo Lucano, un conocido historiador natural de Hispania y sobrino de Séneca, habló en su obra Farsalia, acerca del incendio del puerto de Alejandría y de cómo se propagaron las llamas gracias al incesante viento acabando con todo lo que se cruzaba a su paso.

Según cuenta la historia, entre los años 320 y 1303 hubo nada menos que 23 terremotos en Alejandría, siendo el del 21 de julio del año 365 el más devastador, ocasionando alrededor de 50.000 muertos en la ciudad. Algo que queda demostrado con los diferentes hallazgos en las aguas del puerto de Alejandría, donde se encontraron trozos de columnas y diferentes objetos cotidianos.
La destrucción de la Biblioteca de Alejandría es todo un misterio y unos lo atribuyen a romanos, otros a egipcios cristianos o incluso a los musulmanes, siempre dependiendo de la fuente a la que se consulte. Dado a que se carece de testimonios fehacientes y precisos, sigue siendo todo un misterio, pero con su desaparición se fueron grandes ejemplares y un gran conocimiento que hoy en día no podemos imaginar, pero que, sin duda alguna hubieran revelado grandes aspectos de muchos campos de la educación, filosofía, matemática o ciencia de aquella época.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *